domingo, 23 de marzo de 2008

Capitulo 8 -El concilio de Bah Shing Ze -





Imagen: Toph Mei Fong


El diario del viajero -Bah Shing Ze, 7 de septiembre del 923 P.G.

Los jóvenes caminaban en la noche de la ciudad, arrastrado sus pies por el cansancio. Estaban agotados y heridos, pero la curiosidad y sus deseos de averiguar la verdad eran mas fuertes que el dolor.
Al cabo de una media hora de marcha, llegaron de nuevo a las puertas del palacio real de Shuan. Una vez adentro finalmente sintieron que podía bajar la guardia. Cuando llegaron, varias doncellas los atendieron. Les dieron vestimenta nueva, y curaron las heridas leves. Toph se despidió momentáneamente de ellos, aduciendo que aun tenia asuntos que atender, y que volvería mas tarde, cuando el shogun reclamara su presencia en la audiencia. Las demás mujeres llevaron a Zelkova y a Phantas-moon a la enfermería, y guiaron al resto del grupo a través de los pasillos hasta el salón de guerra, sitio de reunión habitual del shogun y sus generales.
Al entrar, ya había gente esperándolos. Del otro lado de la mesa de reuniones estaba sentado el shogun de Shuan, a su derecha estaba el gran maestro del templo de Meistos, enfrente a el la princesa Mirielle, y del otro lado estaba Toph.
El grupo tomo asiento en la mesa, Li y Shenay estaban al lado del gran maestro, enfrente de ellos estaba Asta, Erstin, Ludovic, y cerrando el circulo se hallaba Sanada. Durante unos 5 minutos en la sala reino un silencio de ultratumba. Parecía que nadie tenia el valor de tomar la palabra. Ludovic sentía que la espera le clavaba agujas en el corazón, hasta que, finalmente, se rompió el silencio. Por la misma puerta que ellos entraran unos minutos antes, entro Phantas-moon. Estaba cubierta en vendajes, y se la notaba agotada. En cuanto se sentó, el gran maestro decidió hablar.
"Bien, ahora que están todos, este concilio puede dar comienzo"- dijo con vos firme el gran maestro. "Primero, me gustaría oír el reporte de lo acontecido esta noche. Li, por favor?"
"Si maestro."- Li se puso de pie de un salto. "No se mucho de nuestros atacantes, me temo. Pero es obvio que iban tras la señorita Mirielle. Un grupo de rebeldes, o quizá espías de otra nación, intentaban generar un conflicto entre Germania y Shuan con la muerte de la princesa. Afortunadamente pudimos protegerla, gracias a los valientes esfuerzos de Erstin, Ludovic y Phantas-moon."- dijo Li, obviando a drede la intervención de Zelkova en los hechos.
"Los asesinos son el menor de nuestros problemas"- intercedió Phantas-moon. Li, Shenay y Ludovic se miraron, confundidos.
"Elrael"- dijo con una voz cortante y fría Erstin.
La sola mención de ese nombre trajo un frió supernatural a toda la sala, como si toda la energía zen abandonara la sala, aterrada por aquel sujeto. Todos los jóvenes en ese momento se quedaron en silencio, sin saber exactamente por qué. Uno a uno recordaron su encuentro hacia unas horas atrás con aquel ser vestido de negro y rojo, y todos y cada uno pudieron recordar aquel frió intenso que les calaba los huesos, aquel miedo instintivo que no podían explicar. Pero algo sabían en verdad, enfrentarse a aquella criatura, significaba enfrentarse a la muerte.
"Si el realmente esta involucrado, esto es mas grave de lo que originalmente pensábamos"- Por fin el maestro tomo suficiente coraje para romper con el silencio.
"Maestro, quien es ese hombre?"-pregunto Li, quien se sentía perdido en la conversación, pero sabia que era algo necesario averiguar. Ludovic, Shenay y Sanada estaban igualmente intrigados, por lo que se unieron a la pregunta.
"Joven Shin, ese no es ningún hombre. Es un demonio, y uno muy poderoso. El hecho de que ni la poderosa Luna del Este halla podido mantenerse a la altura del desafió, es prueba innegable de su capacidad."- cuando acabo de decir eso, Phantas-moon bajo su cabeza, avergonzada por su derrota.
"Aunque que papel puede jugar en todo esto, todavía es un misterio. De cualquier manera, esto solo prueba que su misión acaba de volverse más compleja e importante, joven Shin. Necesitara toda la ayuda que pueda conseguir"-
Finalmente, la única opinión que no se había oído hablar, la del shogun, fue escuchada por todos.
"Como yo lo veo, esto requiere de un gran esfuerzo conjunto de muchos ángeles. Y ya que todos los aquí presentes se han involucrado de un modo u otro, ya no les queda mas remedio que terminar la labor"- y eso fue todo lo que aquel misterioso regente dijo, luego se llamo a silencio una vez más.
"Pues entonces ya esta todo dicho. Li Sun Shin, Shenay, Sanada Yukimura, Ludovic Borbon, Erstin Ho, Astaroshe Aslan, y Zelkova, ustedes siete, serán los encargados de recuperar el tomo del dragón oscuro, y detener a los que se encuentran detrás de esta conspiración. Ustedes, serán las siete garras del dragón"- sentencio el maestro.
“Pero antes de que partan, debo pedirles un favor, personal” tomo apresuradamente la palabra el shogun. “la joven Mirielle, como habrán notado, es blanco de numerosos peligros, y se que quizás sea mucho pedir, teniendo en cuenta la situación de su viaje, pero me encantaría que pudieran acompañarla hasta Germania, al palacio imperial de Umak”-.
Todos se quedaron atónitos ante ese pedido. Acaso aquel hombre no era conciente de lo que pedía? Que una pequeña y frágil princesa viajara en una cruzada peligrosa alrededor de medio mundo persiguiendo a dos terribles ladrones? “desde luego que yo también iré con ustedes, si deciden acompañarla” intento suavizar la reacción del grupo Phantas-Moon, después de notar las caras de total desaprobación de Shenay, Erstin y Ludovic. Li analizo la situación, y aunque no le agradaba la idea de tener que llevar a la niña en tan peligroso viaje, la ayuda de la Luna Plateada del Este no podía ser negada con tanta facilidad. Además, Li imagino que si el destino les había hecho cruzar caminos con la joven princesa, algún motivo oculto debiera de haber. Gaia, como suelen llamar a la madre creadora en las tierras del este, no pierde el tiempo con encuentros efímeros, ni caminos sin salida.
Ludovic presentía que perdería la discusión, por lo que finalmente cedió; “bien, vendrá con nosotros, pero queda bajo tu responsabilidad, Luna del Este, y mas vale que este en buena forma física. Por que mañana saldremos de cazaría . . .” con esta frase, y un tono lúgubre en su voz, Ludovic daba por cerrado el concilio.
Al día siguiente, sin perder tiempo, la comitiva salio antes que el sol con rumbo al oeste, hacia los puertos de Sol, preparados para la que sería la aventura mas grande jamás contada . . .

viernes, 14 de marzo de 2008

Capitulo 7 -Combate a media noche, Parte II-

El diario del viajero -Bah Shing Ze, 6 de septiembre del 923 P.G. -

Mientras tanto, el combate seguía en el suelo.

Los asesinos tomaban nuevamente posiciones de ataque, listos para matar o morir. En un par de segundos uno se lanzo contra Ludovic, obligándolo a retroceder contra la pared. El capitán germano se defendía lo mejor que podía, bloqueando los golpes de la katana con su escudo, y esperando una chance de contraatacar. Lo que parecía un combate de 6 vs. 6, de pronto se habían vuelto múltiples duelos individuales.
Del otro lado, Zelkova se enfrentaba al líder de los asesinos en un duelo encarnizado. Los golpes de los alfanjes eran desviados, o directamente fallaban, pero Zelkova no era lo suficientemente rápido como para aprovechar las aperturas que su oponente dejaba. Cada movimiento de un arma era cubierto por la otra, en una defensa perfecta. O eso parecía. Zelkova estaba conciente de la fortaleza de su oponente, pero también de su debilidad. Lanzando una seguidilla de golpes bajos, obligo al asesino a bloquear golpes y patadas, bajando su centro de gravedad. Al instante, un salto de Zelkova lo puso a la altura perfecta para darle el golpe final a su oponente. Sonrió. Sabía que había ganado.
Asta uso sus poderes sobre el aire, y lanzo un potente aullido que hizo volar por los aires a su oponente, estrellándolo contra una de las casas cercanas. Entonces se dio vuelta, preocupada por como le estaría yendo a su protegido. Giro a tiempo para ver como Zelkova saltaba sobre su oponente, confiado de su victoria. Y también a tiempo para ver como el asesino, hacía una pequeña, imperceptible para cualquiera, sonrisa. -"Zelkova, ¡¡¡NO, es una trampa!!!" -Fue todo lo que atino a decir, antes de que los dos alfanjes atravesaran el pecho de Zelkova. El hombre de negro saco sus espadas del moribundo ángel, y lo arrojo al suelo. Asta ahogo un grito de horror ante la escena que estaba presenciando, sin poder creer lo que veía.
Al tiempo que eso ocurría, Erstin se enfrentaba a su oponente en un impresionante duelo de velocidad. Seguir los movimientos de la otome coral era un verdadero desafío, aun para el hábil asesino. A pesar de eso, esta diferencia no logro desequilibrar el combate en favor de la joven dama. Logro acertar algunos golpes con su estoque, pero ninguno de ellos fue vital, y poco a poco, tanto movimiento comenzó a agotarla. El hombre de katana noto el relentizamineto de su oponente, y se decidió finalmente a tomar la ofensiva usando todo lo que tenia. Lanzando varias estocadas que Erstin apenas logro desviar, consiguió arrinconarla, y aprovechó la chance para envainar su arma. Erstin estaba confundida por este movimiento, e instintivamente bajo la guardia. Y eso era lo que aquel hombre buscaba.
Al instante desenvaino su arma con una rapidez increíble, describiendo un arco en forma ascendente que logro atrapar el brazo derecho de Erstin junto con su estoque. El arma se clavo en el suelo, y Erstin retrocedió, visiblemente herida. El asesino estaba orgulloso de su movimiento, pues había logrado con él derrotar a muchos adversarios en el pasado, y Erstin no fue la excepción. Aunque esta vez fue el quien bajo su guardia, olvidando completamente que la muchacha era una ángel, y no requería de acero para derrotar a sus rivales.
Se lanzo entonces decidido a acabarla, pero con un simple giro de la muñeca de la joven una potente corriente de viento levanto lo levanto por los aires, dándole tiempo a Erstin para recuperar su arma, y atravesar la frente de su rival con ella.
Del otro lado de la calle una esfera de fuego tomaba por sorpresa a uno de los asesinos, obligándolo a soltar su arma hirviendo, y dejándolo totalmente indefenso frente a una espala larga labrada, con el emblema de Germania en el mango, que le atreavesaba el pecho. Del grupo inicial de atacantes solo quedaban tres, y del grupo de angeles Zelkova yacía en el suelo, Asta estaba herida, y Erstin no podía usar su brazo derecho. Ludovic juzgo correcto acabar con al pelea cuanto antes pues alargar el combate solo resultaria desventajoso, y desafío entonces al líder de los asesinos, el mismo que había derrotado a Zelkova.
O eso creyó el asesino.
Detrás de aquel hombre vestido de negro, armado con sus dos alfanjes bañados en sangre, se levantaba una vez mas Zelkova. Pero esta vez era diferente. Debajo de sus pies un enorme círculo de magia brillaba con un resplandor enceguecedor. Los ojos de Zelkova parecían idos. Al tiempo que se elevaba en el aire, unas largas alas de dragón salieron de su espalda, comenzaron a salirle escamas en el torso, una larga y fuerte cola , y un par de cuernos en la frente. Por ultimo, su rostro cambio, y sus ojos de colores diferentes eran ahora ambos de un verde fluorescente.
Nunca olvidare ese momento. La transformación de un semi-dragón es algo realmente sorprendente, y a la vez, atemorizante.
Mientras tanto en las alturas, un combate más allá de todo los conocido se libraba. Phantas-moon, herida como estaba, tenía muchas dificultades para mantener el rito de la pelea. Eso sin mencionar que su oponente se veía ampliamente superior en todos los aspectos, tanto así, que yo no creo que habría podido vencerle aun si no hubiera estado herida. El hombre en mantos oscuros y rojos decidió terminar el duelo, viendo como un semi-dragón despertaba en el suelo, y temiendo que sus planes fueran arruinados por este.
Entonces lanzo una devastadora descarga de energía que envió a Phantas-moon de vuelta al suelo, y la estrello contra la posada en donde se había hospedado Asta y Zelkova. El viejo edificio se vino abajo en el acto, sepultado a la poderosa ángel.
El líder de los asesinos miro a su compañero más cercano, y se decidieron a atacar entre los dos a esta nueva amenaza. Haciendo una doble combinación de sus ataques, rodearon a Zelkova, y lanzaron golpes y estocadas en todas las direcciones posibles.
Ni uno de ellos siquiera rasguño la dura piel draconiana de Zelkova. Unos segundos después, ambos sujetos se hallaban en el suelo. Muertos.
A Li le costaba creer que aquel sujeto tan detestable pudiera ser descendiente de dragones. A tanto llegaba su capricho, que decidió que no quería perder contra el en esta pelea. Viendo al último oponente que quedaba, tomo una estrategia diferente a la de sus compañeros. Salto contra una pared, pico de nuevo en la otra, y gano una posición justo encima del asesino. Justo en su punto ciego. Pero aquel hombre no era idiota, y rápidamente adivino la treta. Se hizo a un lado para evitar la caída de Li, solo para darse cuenta que Shenay estaba ya a su lado. El hombre entendió entonces que Li solo había hecho una maniobra de distracción, y se maldijo a si mismo por ser tan ingenuo. Li y Shenay lanzaron ambos una patada giratoria a la vez, uno a la altura del estomago, y la otra a la altura del cuello. El asesino cayo de bruces, con el cuello y la columna rotos.
-"Bien, bien. Veo que no tuvieron demasiados problemas con esos seis." -dijo el hombre de túnicas que aun flotaba en el aire. La atención del grupo se dirigió hacia el, nerviosos y atemorizados.
¿Si Phantas-moon no había podido con el, podrían ellos seis lograr la victoria? parecía que habría que averiguarlo por las malas.
Li ya se estaba comenzando a acostumbrar a que todo fuera por esta vía últimamente.
-"Atrás, este no es un oponente que ustedes puedan manejar" se escucho una vos femenina de entre los escombros. Phantas-moon se hallaba otra vez de pie y con ánimos de pelear. Pero no mucho más que ánimos, y los ánimos solos no vencerían a este enemigo.
-" Tranquila, no veo motivos para continuar el combate con esas heridas suyas. Después de todo, ya obtuve lo que quería. Será un placer volver a bailar con usted, si tanto lo desea, Dama de la Luna."- continuo aquel hombre. Entonces, su mirada se desvió de Phantas-moon, a Li, y luego a Zelkova.
-"Estoy esperando mucho de ustedes dos también, elegidos. Espero que me muestren un mejor espectáculo que el de hoy, la próxima vez. Hasta pronto." Dicho eso, desapareció entre las sombras, para dar paso nuevamente al resplandor de la luna.
Todos se sintieron aliviados con su partida. Incluso Ludovic, orgulloso como era, tuvo que admitir, para su disgusto, que estaba aliviado de no haber tenido que pelear contra aquel sujeto.
Después de la retirada del extraño hombre, una luz dorada envolvió a Zelkova, quien regreso a su apariencia humana, y se desmayo al instante. Estaba muy malherido, y perdía mucha sangre. Además, todo ese alboroto había llamado la atención de los vecinos, quienes habían alertado a los guardias de Bah Shing Ze. De entre las sombras de la noche se escuchaban los pasos de un buen número de personas, probablemente 20 o 25, pensó Erstin. Al salir a la luz del callejón, el grupo pudo apreciarlos. Era una guardia de defensa de Bah Shing Ze, pero lo que mas llamo la atención de aquellos no acostumbrados a esta ciudad, fue la aparición de una pequeña, quien se puso por delante del grupo. La muchacha tenía los ojos cerrados, pero no parecía tener problemas para saber donde estaba cada cosa. Se mantuvo firme durante un minuto sin pronunciar palabra, en un silencio que parecía pesar tanto como el oro de los salones del tesoro en Anrhor.
Finalmente hablo. -"Soy la genérala de la tercera división del reino Shuan, Toph Mei Fong. Todos ustedes tienen muchas explicaciones que dar."-
Ludovic, Erstin y Asta se quedaron boquiabiertos. La niña no parecía tener mas de 12 años, ¿como podía ser una generala?
Toph giro su cabeza hacia donde estaba Zelkova. -"Y las darán . . . Pero en el palacio real, una vez hallamos curado sus heridas."
"Andando".
Li no se atrevió a cuestionar las palabras de la pequeña. Además, era cierto que debían curar sus heridas, ¿que tal si mas de aquellos hombres aparecían a atacarlos? Li dudaba que pudieran repeler un segundo embate. Y también quería oír la versión completa de la historia, quien era ese hombre de túnicas, y como sabia su identidad. Eso sin mencionar que el otro ángel, aquel joven irritante, era el otro elegido de los dragones, el enviado de Lurar. ¿Simple coincidencia? Li descarto la idea de inmediato. Nada en este mundo ocurría por coincidencia.
Entonces comenzó a preguntarse adonde lo llevaría este nuevo camino, que estaba por recorrer . . .