martes, 29 de julio de 2008

Capitulo 11 -La tribu de barbaros-

El diario del viajero -Selva de Khor occidental, 14 de septiembre del 923 P.G.

En cuestión de minutos la situación se estabilizaba. Con Ludovic otra vez en pie, aunque algo maltrecho, Zelkova, Shenay y Li listos para dar aun mas batalla, parecía que el destino de los viajeros estaba lejos de terminarse esa noche.
Li y Shenay utilizaban maniobras combinadas para ganar la espalda y los flancos de ambos monstruos, mientras Ludovic utilizaba sus poderes zen para crear barreras de fuego que mantuvieran a raya a los trolls.
Poco a poco la estrategia daba resultado, y cuando finalmente lograron cercar a las bestias, Shenay hizo gala de su titulo como Si Fu, y con un golpe espectacular a la base del cuello rompió la columna de uno de los gigantes, enviándolo al sueño eterno de la muerte. El segundo hubiera estado aterrorizado al ver esto, de no ser por que el intelecto de estas criaturas esta lejos de ser promedio.
El estúpido troll creía que habría mas comida para el con su compañero muerto, pero no sabia que pronto el también lo acompañaría. Aunque no sin antes dejar su marca. Enfrascado en la euforia del combate, Zelkova lanzo una sucesión de golpes y patadas tratando de apuntar a los ojos de la criatura, pero la suerte no estuvo de su muerte, y el monstruo logro abrir sus fauces, tragándose primero su pierna derecha, y cuando por fin logro sacarla, ambos brazos. Si no fuera una situación de vida o muerte, habría sido motivo de carcajadas hilarantes . . .
Li, decidido a terminar el combate de una vez, derribo a la criatura y utilizo una vez mas su ataque especial, que tan buen resultado había dado la ultima vez. Con la criatura en el suelo, y su mandíbula ocupada degustando a Zelkova, Li logro conectar un golpe descendente similar al anterior, pero en el vientre del monstruo, logrando que escupa a Zelkova, junto a un liquido viscoso y gris extremadamente desagradable y maloliente (probablemente algún tipo de sangre).
Finalmente el combate se decidió en el siguiente ataque, una vez mas este gigante fue a la cuenta personal de Shenay, quien parecía inspirada ese día. Usando sus Tzen sen (o abanicos de acero), golpeo con ambos la cabeza del monstruo, partiéndolo en dos por completo.
Fin de la disputa.
Solo para advertir a cualquier criatura que intentara una estupidez similar, Ludovic decapito al primer troll, y empalo su cabeza en cerca del campamento.
No habría mas ataques esa noche . . .
Tuvieron que arreglar sus cosas desperdigadas por el campamento, y curar a los heridos, pero mas allá de eso, se puede decir que fue una victoria.
A la mañana siguiente, una vez más marcharon hacia el oeste, durante casi 8 horas. Al llegar cerca del atardecer, se aproximaron al centro de la selva de Khor, y a una de las grandes maravillas de este mundo, el árbol de la vida. Un espécimen de aproximadamente 100 metros de alto, ubicado en el centro de un valle profundo, y rodeado de una vegetación aun mas espesa que la que dejaron atrás. El valle tenia un diámetro de 1km, por lo que rodearlo podía tomarles todo el día, pero, si los rumores sobre terribles criaturas pululando por es valle eran ciertos, intentar un trayecto directo, podía tomarles toda la eternidad, si entienden a lo que me refiero.
El valle del árbol de la vida había sido en tiempos pasados refugio de criaturas benignas, e incluso se dice que allí habitaron algunos altos humanos antes de la gran guerra. Pero hoy en día, un aura de maldad se expandía por toda la zona, como si el mismísimo árbol hubiera vendido su alma al señor del infierno.
-" No se ustedes, pero yo NO voy a atravesar el valle del árbol de la vida" con su tono habitual, Zelkova dejaba bien en claro que cruzar ese valle equivalía a la muerte.
-"Pero no tenemos el tiempo para rodearlo, estamos en una persecución. Cada minuto que perdemos, es un minuto que nos sacan ventaja esos dos" replico Ludovic, impaciente como siempre, "además, nadie asegura que rodearlo nos exima de peligro alguno".
-"No, esta vez Zelkova tiene razón. No me arriesgare a cruzar el valle. Lo rodearemos" Decreto Li, quien a estas alturas sentía que la seguridad del grupo entero era su responsabilidad, ya que ellos habían sido arrastrados a su misión.
-"Ambas opciones serán lentas y dificultosas, así que no desperdiciemos nuestro tiempo en absurdas peleas. No olviden que tenemos una pasajera que llevar a destino"- intervino Erstin, dándole un final a la discusión.
Rodear el valle les llevo varias horas, y cuando el sol había caído por completo no habían recorrido ni siquiera la mitad.
"Alto."-con su melodiosa voz, Phantas-moon detuvo a todos. Siempre había algo en ella que les hacia imposible decirle que no, o negarse a sus peticiones. Era una especie de encantamiento, o quizás solo el miedo o respeto que una mujer así inspiraba en los demás, aun sin proponérselo.
"Alguien nos observa"-continuo. "Son mas de 10, y estamos rodeados desde todo ángulo".
Las noticias como siempre eran poco agradables. Ludovic comenzó a preguntarse si tantas coincidencias desafortunadas eran simplemente eso, coincidencias, o eran algo mas.
Mientras estos pensamientos rondaban su mente, más de una veintena de hombres fornidos, y de más de 2 metros de altura el más bajo, los rodeo con una velocidad impresionante para sus grandes complexiones físicas. Desde la izquierda , formando un semicírculo, estaban rodeados por mas de 20 bárbaros, fuertemente armados, y con gestos ciertamente poco amigables, y mas allá, en la tupida selva, podían sentir los ruidos de muchos arcos y lanzas preparándose. Del otro lado, por la derecha, el vacío que los conducía a una caída de mas de 100 metros, y al tenebroso valle del árbol de la vida.
"Ciertamente rodeados, y aunque son muchos, ninguno es una ángel"- dijo Li con toda la calma del mundo, mientras caminaba de frente hacia el que parecía el líder del grupo. Li sin dudas estaba buscando una pelea, una chance que les permitiera escapar entre la selva.
-"Ellos no, pero yo si."- De entre los bárbaros salio un hombre notablemente mas bajo, vestido con un robe marrón, con ribetes azules, y tiras negras. Tenia una lanza en su mano, y un angel tear en su oreja.
"Entenderán que no tienen oportunidad de ganar este combate, y personalmente preferiría llevarlos a la aldea con vida. Si fueran solo mercaderes ya estarían muertos, pero me interesa saber que hace un grupo tan dispar en mi territorio".
Sin decir más dio media vuelta, y desapareció en la jungla. A todo el grupo se les quitaron sus armas y objetos, y se los ato con cuerdas mágicas, que prevenían el uso de sus poderes zen.
Pero Phantas-moon no fue llevada con ellos, sino que todo un grupo de diez la llevo lejos del campamento.
Caminaron hasta la media noche, cuando llegaron a la aldea. "Aldea" era un termino muy preciso para describir el lugar. La población no excedía las 100 personas, y todas las viviendas eran chozas hechas con madera, paja, y barro. Había muchas obras decorativas, probablemente creadas por los niños, o las mujeres. Todo hombre que podía sostener un mandoble debía unirse a los grupos de caza, y prepararse para pelear. La vida en la jungla era muy difícil para esta tribu, y las cosas no habían mejorado con la irrupción de aquel hombre.
Si, Ludovic lo conocía. Era un forajido, un angel renegado sobre quien el emperador había puesto una recompensa. Al verse rodeado por enemigos, debió huir hacia lo profundo de la jungla, lejos del alcance de la ley Germana.
Después de una magra cena, fueron llevados a sus "aposentos". Unas celdas construidas con acero, un metal que obviamente no abundaba en la zona. Probablemente robado a algunos mercaderes. Por la mañana aquel hombre hablaría con ellos, y después . . .
después quien sabe . . .

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